El veterinario empezó una vida totalmente nueva.
No se hubiera dado cuenta de que estaba enfermo, o al menos de que algo andaba mal, a no ser porque ayer a la tarde fue a poner la pava y se dio con que no encontraba ninguna pava. Tampoco bombilla ni yerba. Nada. No había nada que indique que alguien hubiera tomado mate antes en esa casa, su casa.
viernes, 12 de diciembre de 2008
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